Amancio Prada celebra el 40º aniversario del Cántico Espiritual con conciertos en Trujillo, Cuenca y Ávila el 9, 15 y 30 de abril

“Es la obra que más alegrías me ha dado. Siempre descubro algo que me sorprende y emociona de nuevo”

El compositor e intérprete Amancio Prada celebra el cuadragésimo aniversario del Cántico Espiritual (textos de san Juan de la Cruz) con varios conciertos en España a lo largo de este año. Los tres primeros se celebrarán este mes de abril en Trujillo (Cáceres) el 9, Cuenca el 15 y Ávila el 30. El primero coincide con el mismo día en que lo estrenó en Segovia en la iglesia románica de San Juan de los Caballeros. “Era sábado santo y en aquella iglesia hacía un frío secular. En junio de aquel año 77 grabé el disco y el Cántico empezaba a caminar”, rememora el artista berciano afincado en Madrid, que el próximo domingo actuará en la iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo.

“El Cántico es la obra que más alegrías me ha dado. Siempre descubro en él algo que me sorprende y emociona de nuevo. Es una obra que me ha permitido cantar en escenarios hermosísimos: claustros, iglesias o catedrales, pero también en plazas, salas y teatros de España y el extranjero. Espacios para mí todos sagrados, donde la música y la palabra comparten el silencio”, añade.

En 2002, Amancio se atreve a poner música a otros poemas de san Juan que graba junto a una renovada interpretación del Cántico, incorporando las voces de la Escolanía de Segovia, disco con el que vuelve a la ciudad del acueducto romano veinticinco años después de su estreno. Pero en realidad el Cántico había empezado a gestarse a principios de los setenta en París, donde presentó una primera versión, con guitarra y violonchelo, en el teatro de La Gaîte-Montparnasse. En realidad era una selección del poema que duraba solo quince minutos. “Viviendo ya en Segovia –agrega– retomé la composición con intención de cantar el poema completo y ampliar la instrumentación a un trío de guitarra, violín y violonchelo. Y el 9 de abril la estrené”.

La crítica de la época, que glosó aquel día como sábado santo y rojo por la legalización del Partido Comunista de España, recibió el estreno con artículos como el de José Luis Rubio en Diario 16, que habla de “entusiasta acogida. Hay que armarse de valor –y de amor– para ponerle música a san Juan de la Cruz. Es una empresa suprema y, por el mismo hecho, solicita del aventurado compositor una fe sin límites y una humildad ejemplar”.