La Asociación Eólica de Galicia demanda un “acuerdo” del sector y las Administraciones sobre la transición energética en Galicia

La Asociación Eólica de Galicia (EGA) celebra la adhesión de España al objetivo de alcanzar el 35% producción renovable en 2030, porcentaje acordado por el Parlamento europeo, pero al que solo se han sumado seis países de momento. Según datos de Red Eléctrica Española, la producción eólica alcanzó el 24,1% de enero a mayo, siendo además la primera tecnología en generación eléctrica. En la actualidad, añade EGA, Galicia ya genera suficiente cantidad de energía eólica para abastecer su demanda doméstica y de servicios (administraciones, alumbrado público, hostelería, comercio).

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Viento, el 15 de junio, EGA quiere destacar que Galicia está en condiciones de liderar la transición energética regional en Europa, con una generación-consumo 100% renovable, contando con la generación actual de hidráulica y eólica y con la derivada de los nuevos proyectos previstos, así como con la repotenciación gradual de los parques que se vayan amortizando. “Con una media de 450 MW anuales nuevos, en 2020 se alcanzarían  los 4.000 MW, y en 2030 podríamos aproximarnos a los 10.000, la cuarta parte de la generación eólica que se prevé para España. Esto supondría unos 500 millones de euros anuales y una creación de empleo estable que, aparte de recuperar el que se perdió durante estos años, superaría los 12.000 puestos de trabajo directos en Galicia en 2030. Recordemos que el empleo en energía eólica cuadriplica al de cualquier otro tipo de generación de combustibles fósiles”, según afirma la entidad.

La transición energética es imparable después de la Cumbre del Clima de Paris y de la progresión tecnológica, que abarata drásticamente los costes de la generación solar y eólica, según declara EGA. “Asimismo no dependeríamos de las fluctuaciones que provocan las actuales oscilaciones de precios del petróleo, gas y carbón importados, ni del envejecimiento de las centrales nucleares, que tienden a cerrarse en la próxima década. Por tanto, para Galicia es una gran oportunidad, porque tenemos la experiencia y los cimientos, tanto profesionales  como tecnológicos. Solamente hace falta que todos los actores involucrados podamos alcanzar un acuerdo unánime sobre la ‘transición energética de Galicia’, eso sí, ordenada, en donde la eólica cobra especial relevancia”, añade.

EGA también demanda del Gobierno de España que se mantengan los plazos establecidos para la aprobación de la nueva ley de Cambio Climático y Transición Energética, prevista para los próximos meses, pero con unos objetivos más ambiciosos: 40.000 MW eólicos para el 2030 en la Península (actualmente están funcionando unos 23.000 MW). Finalmente, EGA reivindica una fiscalidad ambiental ordenada y coherente en todas las comunidades autónomas, ya que redundará –sostiene–en una mayor seguridad jurídica para las nuevas inversiones. “No tiene lógica que el mayor impuesto ambiental de Galicia sea el eólico, unos 23 millones de euros, seis veces mayor que el que se aplica a la contaminación atmosférica. Es una relación desproporcionada”, concluye.