El Colexio de Podólogos de Galicia recomienda a las personas que trabajan de pie, de forma continua y estática, hacer descansos cortos y frecuentes para caminar, variar la postura y cambiar el peso de una pierna a otra

Aconsejan el uso de reposapiés y en suelos duros las alfombras anti-fatiga para evitar lesiones como fascitis plantar o tendinitis del tendón de Aquiles

Borja Pérez, presidente: “Es mucho más lesivo trabajar de pie quieto que moviéndose”

El Colexio de Podólogos de Galicia ofrece una serie de recomendaciones para cuidar los pies durante la jornada laboral, se trabaje de pie o sentado. De Estados Unidos se ha importado el hábito de trabajar de pie, lo que se conoce como “standing up”, una práctica que surge en las oficinas en teoría para evitar dolores de espalda que hasta el momento se combatían con mobiliario y sillas ergonómicas.

Los podólogos gallegos consideran que esta nueva moda de trabajar de pie, sobre todo de manera continua y estática, acarrea problemas de sobrecarga muscular y articular que con el tiempo pueden provocar lesiones más o menos serias, de igual forma que el trabajar sentado. “La musculatura que está trabajando es siempre la misma y de la misma forma, al igual que las articulaciones, que soportan la presión sobre un mismo punto continuamente. Es mucho más lesivo trabajar de pie quieto que moviéndose” –explica el presidente del Colexio, Borja Pérez–.

En el pie, los podólogos indican que pueden surgir lesiones frecuentes como la fascitis plantar, tendinitis del tendón de Aquiles, sobrecargas metatarsales y talalgias. Para evitar lesiones, recomiendan intentar hacer descansos cortos y frecuentes para caminar y mover los músculos y articulaciones, variar la postura y cambiar el peso de una pierna a otra con ayuda del uso del reposapiés y en suelos duros las alfombras anti-fatiga.

Como norma general, los podólogos indican que el calzado debe tener una altura de tacón de entre 2 y 4 centímetros, es conveniente que sea acordonado para que se adapte bien al pie y que la horma sea la correcta para la forma del pie sin llegar a comprimirlo, teniendo en cuenta que al pasar muchas horas de pie es normal que este aumente de volumen. Destacan que la suela debe tener suficiente amortiguación para evitar las sobrecargas y que de apoyo al arco del pie para ayudar a distribuir la presión e impedir que el pie se aplane, “algo que tenderá a hacer con el paso de las horas a consecuencia de la fatiga muscular”. Con estas indicaciones para el calzado, los podólogos consideran que se pueden evitar juanetes, dedos en garra y metatarsalgias.

Para no tener lesiones y disminuir la fatiga muscular, el Colexio de Podólogos de Galicia aconseja acudir a un podólogo para que realice un estudio de la estructura y función del pie y la pierna, que es diferente en cada individuo, y recibir asesoramiento sobre el tipo de calzado a utilizar, ya que dependiendo del tipo de pie se debe dar prioridad a la sujección o a la amortiguación, mayor o menor altura del tacón, etc.). También puede diseñar un tratamiento personalizado que corrija la posición del pie y la pierna, evitando así en gran medida los daños articulares en las rodillas o caderas, el dolor de espalda y el cansancio muscular.

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