La empresa gallega Nanogap es la única en el mundo capaz de producir a escala industrial unas partículas de plata que permiten obtener superficies altamente higiénicas, para aplicar en material biosanitario, suelos de hospitales o encimeras de cocinas

nanogap_webY está entre las 6 únicas del mundo que fabrican nanofibras de plata para pantallas de móviles, ordenadores y televisores

La empresa gallega Nanogap, dedicada a la nanotecnología, nace en el año 2006 como una spin-off de la Universidad de Santiago de Compostela. Surge del equipo de investigación que codirigen los catedráticos Arturo López Quintela y José Rivas Rey, actual director del Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL). Se localiza en el polígono industrial Novo Milladoiro, en el ayuntamiento coruñés de Ames. La consejera delegada de la empresa, Tatiana López del Río, licenciada en Química por la USC, empezó a desarrollar el plan de negocio de Nanogap hace más de seis años con la ayuda del programa de creación de empresas Uniemprende de la USC.

En la actualidad Nanogap es la única empresa en todo el mundo capaz de producir a escala industrial partículas subnanométricas metálicas, para las que tienen solicitada una patente internacional. Pueden ser de plata o de oro, aunque la firma gallega trabaja sobre todo con plata. Tal como explica Tatiana López, se trata de las partículas más pequeñas que existen dentro de la nanotecnología. En esta línea, compara la diferencia de tamaño entre el sol y el hombre para ejemplificar la diferencia de tamaño entre el hombre y el nanómetro, que es la unidad de longitud equivalente a la millonésima parte de un milímetro.

“Cuando el material es tan pequeño aparecen propiedades sorprendentes, que no existen a escalas más grandes -asegura López-, de ahí el interés y la relevancia de la nanotecnología”. Así, estos productos que desarrolla y fabrica Nanogap tienen aplicaciones en campos muy diversos. Por sus propiedades antimicrobianas permiten obtener superficies altamente higiénicas, por lo que se emplean como aditivos antimicrobianos para material biosanitario, como catéteres o sondas de temperatura. También se aplican en las pantallas táctiles de los equipos de cirugía, con la finalidad de que no surja ningún foco de infección para los pacientes.

“Estos materiales tienen la gran ventaja de que son productos de alto valor añadido, ya que con poca cantidad se logran resultados muy efectivos y, por otro lado, no son tóxicos. Además, al ser transparentes, no afectan visualmente a la estética del producto, de ahí su interés para incorporar a las encimeras de las cocinas o incluso a los suelos de los hospitales, por su elevado potencial higiénico” -indica López-.

A tamaños tan pequeños la plata y el oro se vuelven fluorescentes, una propiedad muy interesante en campos diversos. De este modo, estos materiales se pueden usar como aditivos fluorescentes en biotecnología, por ejemplo en sondas de detección. Y, además, pueden atravesar todas las barreras biológicas, de gran utilidad para la mejora del diagnóstico de enfermedades y para la práctica terapéutica.

Desarrollan partículas aplicables a la electrónica impresa de nueva generación, que permitirá incorporar sensores de caducidad al empaquetado de alimentos

La empresa fabrica también nanopartículas esféricas de plata, con interesantes aplicaciones en la electrónica, en particular para la formulación de tintas conductoras. Según explica Tatiana López, la nueva generación de circuitos electrónicos se hará mediante técnicas de impresión de inyección, de manera que las placas actuales, donde los diferentes componentes van soldados, se sustituirán por circuitos electrónicos previamente diseñados en un ordenador e impresos luego en papel, en plástico o en diferentes tipos de tejidos. “Esto abre un enorme abanico de posibilidades en el mundo de la electrónica, que será mucho más económica y permitirá llevar sensores de volumen en prendas deportivas o incorporar sensores de caducidad al empaquetado de alimentos, entre otras muchas opciones” -destaca-.

Una alternativa al monopolio asiático para las películas transparentes conductoras de las pantallas de ordenadores, móviles y televisores

La tercera línea de materiales que fabrica Nanogap son las denominadas nanofibras de plata. La firma gallega se encuentra entre las seis únicas empresas del mundo capaces de producirlas a escala industrial. López señala que una de las aplicaciones más interesantes de estas nanofibras es la posibilidad de utilizarlas como conductores transparentes. Así, todas las pantallas de los teléfonos móviles, de los ordenadores o de los aparatos de televisión necesitan una película conductora y transparente. En la actualidad se emplea un derivado de un recurso natural, frágil y escaso, que monopoliza la industria asiática. Por esta razón el mercado internacional está buscando una alternativa y estos productos representan una solución eficaz.

Clientes en Europa, Estados Unidos y Japón

La compañía está en fase de crecimiento y expansión. La mayoría de sus clientes se sitúan en Europa, Estados Unidos (en donde la empresa cuenta con una filial) y Japón. Gracias al apoyo financiero de XesGalicia, a través del Fondo Tecnológico I2C, y de sus actuales socios financieros -Unirisco y Uninvest-, así como de los socios promotores, la empresa multiplicará por ocho su capacidad de producción actual en los próximos dos años y por más de veinte en el próximo lustro. En los próximos cinco años esperan triplicar su plantilla -integrada por físicos, químicos e ingenieros químicos- con veinte nuevas incorporaciones. Además, tienen previsto avanzar con nuevos productos, que personalizan según las necesidades de cada cliente, y desarrollar nuevas familias de productos, destinados a la electrónica, los materiales, la seguridad, la biotecnología y las aplicaciones terapéuticas.