Los podólogos recomiendan a los llevadores realizar un estudio de la marcha antes de las procesiones de Semana Santa para evitar lesiones en pies y columna

Antes del acto religioso, aconsejan realizar una correcta higiene de los pies, un corte horizontal de las uñas y llevar un calzado ya usado de piel, con suela gruesa, flexible y con cordones

El fervor de la Semana Santa se puede vivir en muchos rincones de Galicia a través de la multitud de procesiones programadas por las cofradías, y más concretamente en Ferrol y en Viveiro. Muchas son las personas que deciden salir como llevadores y penitentes en las procesiones, pero esta práctica religiosa puede acarrear numerosos problemas en los pies. El Colexio de Podólogos de Galicia explica que las partes del cuerpo más castigadas cuando se cargan las imágenes de Semana Santa suelen ser la columna vertebral, por el peso que recibe, y los miembros inferiores, por la necesidad de soportar el peso de abajo hacia arriba y por el sincronismo del paso. Para los especialistas de los pies, las lesiones más comunes tras realizar la penitencia son los dolores en el antepié y en el talón, llamados metatarsalgia y talalgia, que son causa principal de la inflamación articular debido al peso soportado. Además, puden aparecer ampollas y roces.

En este punto, los podólogos recomiendan que los llevadores se sometan a un estudio de la marcha antes de empezar esta tarea, para descartar patologías previas del aparato locomotor que podrían verse agravadas con esta actividad, como la escoliosis o la desviación de columna, la hernia de disco y las lesiones meniscales o de tendón de Aquiles.

Cuidado de los pies

El Colexio de Podólogos de Galicia recomienda, antes de la procesión, cortarse las uñas horizontalmente, lavarse los pies con agua templada y un jabón adecuado a la acidez de la piel, sercarlos muy bien, sobre todo en la zona entre los dedos, como mínimo treinta minutos antes de comenzar a caminar. Aconsejan también usar calcetines suaves y sin costuras ajustados al pie, usar un calzado ya usado de piel, con suela gruesa y flexible y de cordones, sin punteras duras y puntiagudas.

Durante la procesión, y para evitar el cansancio, los podólogos explican que no se debe estar mucho tiempo parado, y si no se puede evitar aconsejan cambiar alternativamente el peso del pie que está apoyado o realizar movimientos de flexión y extensión de los dedos para mejorar la circulación. Además, los profesionales desaconsejan la práctica de hacer penitencia descalzo, por el riesgo de clavarse cualquier cuerpo extraño o en personas que hayan sufrido lesiones previas en tobillos y pies.

Al finalizar el acto procesional, los podólogos destacan que es recomendable introducir los pies en agua fría para hacer baños de cinco a viente minutos sin pausa, que provocará un “efecto antinflamatorio local”. A continuación, es conveniente concluir con la aplicación de una crema calmante y un ligero masaje.